Considerando el fracaso de la guerra defensiva, Felipe IV resolvió darle término, mandando se atacase a los mapuches y se redujese a los prisioneros a la esclavitud.
La guerra continuó con las más variadas alternativas. Los levantamientos fueron generalmente encabezados por el toqui Lientur y por el mestizo Alejo. Hubo grandes combates como el de las Cangrejeras en 1929 y Albarrada, en 1633.
Más tarde el Gobernador, Francisco López de Zúñiga, marqués de Baides, era partidario de buscar un entendimiento con los araucanos; para lo cual contó con la ayuda de los jesuitas. Impulsado por la idea, celebró en el año 1640 una gran reunión o parlamento con los principales jefes mapuches, a orillas del río Quillín. Los españoles reconocieron la libertad de los araucanos en sus territorios y estos permitieron el ingreso a la Araucanía de sacerdotes misioneros.
Nuevos parlamentos se llevaron a cabo durante el siglo XVII y XVIII, pero la belicosidad de los araucanos y los intereses de los españoles no permitieron la paz. Se siguieron repitiendo los levantamientos generales que invariablemente terminaban en reuniones donde se prometía la paz. Los parlamentos más importantes realizados en el siglo XVIII fueron los de Negrete y Lonquilmo en la época colonial y varios realizados durante el período republicano.
Muchos parlamentos se llevaron acabo durante este período para alcanzar la paz entre ambos sectores; sin embargo, ninguno dio frutos.
Parlamento de Negrete
El parlamento de Negrete de 1803 suele ser consignado como el último parlamento al que concurrieron los mapuches junto a autoridades españolas. En rigor, se trata al menos del penúltimo, si se considera el que llevó a cabo el brigadier realista Gabino Gaínza, quien traía de Perú los despachos de gobernador , en Arauco, el 3 de febrero de 1814, en el contexto de la guerra de Independencia de Chile.
Además hay que recordar que posteriormente ya en el período republicano, representantes del Estado de Chile y del pueblo mapuche se reunieron en el Parlamento de Tapihue en enero de 1825.
Aun así, el Parlamento de Negrete de 1803 se puede considerar el último parlamento general del período colonial.
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